1855, Frankfurt (Ciudad Libre). Moneda de plata de 2 Gulden “Paz Religiosa”. PCGS MS-62! Año de ceca: 1855Referencias: KM-353. Acuñación: ¡Sólo 32.000 unidades! Denominación: 2 Gulden - ¡300º aniversario de la paz religiosa de Ausgsburg! Peso: 21,21 g Diámetro: 36 mm Material: Plata Anverso: Leyenda en siete líneas sobre las fechas de aniversario del tratado de Paz de Augsburgo. Todo dentro de una corona. Leyenda: ZUR DRITTEN SÄCULARFEIER DES RELIGIONS FRIEDENS VOM 25. SEPT. 1555/1855 Traducido. “Para las III Celebraciones Seculares de la Paz Religiosa del 25 de septiembre de 1555/1855” Reverso: Águila coronada heráldica de Frankfurt mirando hacia la izquierda. Leyenda: FREIE STADT FRANKFURT (“Ciudad libre de Frankfurt”) Leyenda del borde: STARK IM RECHT Después de la desafortunada revolución de 1848, Frankfurt fue la sede del primer parlamento alemán elegido democráticamente, el Parlamento de Frankfurt, que se reunió en la Frankfurter Paulskirche. (Iglesia de San Pablo) y fue inaugurada el 18 de mayo de 1848. La institución fracasó en 1849 cuando el rey de Prusia declaró que no aceptaría “una corona de la alcantarilla”. En el año de su existencia, la asamblea elaboró una constitución común para una Alemania unificada, con el rey de Prusia como monarca. Frankfurt perdió su independencia después de la guerra austro-prusiana cuando Prusia anexó en 1866 varios estados más pequeños, entre ellos la ciudad libre de Frankfurt. La administración prusiana incorporó Frankfurt a su provincia de Hesse-Nassau. Las ciudades anteriormente independientes de Bornheim y Bockenheim se incorporaron en 1890. La Paz de Augsburgo, también llamada Acuerdo de Augsburgo, fue un tratado entre Carlos V y las fuerzas de la Liga Esmalcalda, una alianza de príncipes luteranos, el 25 de septiembre de 1555. en la ciudad imperial de Augsburgo, ahora en la actual Baviera, Alemania. Puso fin oficialmente a la lucha religiosa entre los dos grupos e hizo permanente la división legal de la cristiandad dentro del Sacro Imperio Romano. La Paz estableció el principio Cuius regio, eius religio, que permitía a los príncipes alemanes elegir entre el luteranismo o el catolicismo dentro de los dominios que controlaban, reafirmando en última instancia la independencia que tenían sobre sus estados. A los súbditos, ciudadanos o residentes que no deseaban ajustarse a la elección del príncipe se les dio un período durante el cual eran libres de migrar a diferentes regiones en las que se hubiera aceptado la religión que deseaban. Carlos V había adoptado una decisión provisional sobre la cuestión religiosa, el Interino de Augsburgo de 1548; esto ofrecía una norma temporal sobre la legitimidad de dos credos religiosos en el imperio y fue codificado por ley el 30 de junio de 1548 ante la insistencia de Carlos V, que quería resolver las diferencias religiosas bajo los auspicios de un concilio general de la Iglesia Católica. El Interino reflejaba en gran medida principios católicos de comportamiento religioso en sus 26 artículos, pero permitía el matrimonio del clero y el pan y el vino para los laicos. Esto provocó la resistencia de los territorios protestantes, que proclamaron su propio Interino en Leipzig al año siguiente. El Interino fue derrocado en 1552 por la revuelta del elector protestante Mauricio de Sajonia y sus aliados. En las negociaciones de Passau en el verano de 1552, incluso los príncipes católicos habían pedido una paz duradera, temiendo que la controversia religiosa nunca se resolviera. El emperador, sin embargo, no estaba dispuesto a reconocer como permanente la división religiosa en la cristiandad occidental. Este documento fue presagiado por la Paz de Passau, que en 1552 otorgó a los luteranos libertad religiosa tras una victoria de los ejércitos protestantes. Según el documento de Passau. Sólo concedió la paz hasta la próxima Dieta imperial. Carlos V convocó la reunión a principios de 1555. El tratado, negociado en nombre de Carlos por su hermano Fernando, dio efectivamente al luteranismo un estatus oficial dentro de los dominios del Sacro Imperio Romano. Según la política de cuius regio, eius religio (“cuyo reino, su religión”, o “en la tierra del Príncipe, la religión del Príncipe”), la religión (católica o luterana) del gobernante de una región determinaba la religión de su gente. . Durante un período de gracia, las familias podían optar por mudarse a una región donde se practicara su fe. (Artículo 24: “En caso de que nuestros súbditos, ya sean de la antigua religión o de la Confesión de Augsburgo, tengan la intención de dejar sus hogares con sus esposas e hijos para establecerse en otro, no se les impedirá vender sus propiedades después de debido pago de los impuestos locales ni perjudicados en su honor”). Los caballeros y las ciudades que habían practicado el luteranismo durante algún tiempo estaban exentos bajo la Declaratio Ferdinandei, pero la reserva eclesiástica supuestamente impedía que se aplicara el principio de cuius regio, eius religio si un gobernante eclesiástico convertido al luteranismo.